Han pasado tres meses de la tragedia de Alausí, en Ecuador, -el fatal deslizamiento de tierra que mató a 65 personas e hirió a 44- y con ella la llegada de las niñas del Hogar Manuel Galecio a Guayaquil, donde permanecieron en el Hogar Calderón Ayluardo a buen recaudo y bajo el cuidado de la Junta de Beneficencia, cuyos directivos desde el primer momento, intensificaron acciones para brindarles seguridad, atención y cariño.
En medio del miedo y la incertidumbre con la que llegaron, estos tres meses se convirtieron después en una grata experiencia no solo para ellas, sino también para las hermanas religiosas y el personal del hogar que las acompañaban. Conocieron nuevos lugares, pasearon, disfrutaron, salieron en los medios de comunicación, pero tambien retomaron sus actividades escolares habiendo terminado el año lectivo de manera virtual debido a la situación que aún vive el cantón Alausí.
Una de sus últimas visitas fue a Grupasa, donde fueron recibidas con los brazos abiertos por su presidente, el Ec. José Jaramillo y funcionarios de la empresa donde recorrieron las instalaciones de la planta, cantaron y recibieron obsequios.
Con sentimientos encontrados, las 36 de las 91 niñas que permanecián en Guayaquil, el sábado 24 de junio retornaron a Riobamba, para encontrase con sus padres y reunirse con sus familias, pero antes hicieron una emotiva despedida a los directivos de la Junta de Beneficencia de Guayaquil a través de una canción en la que cada palabra evocaba la gratitud hacia cada una de las personas que extendieron su mano para darles la mano.
Su estadía por Guayaquil quedó plasmada en un cuadro que fue entregado al Ing. Iván Baquerizo, director (e).
